Clínica Veterinaria Río Genil

   Prevenir, según nuestro diccionario, quiere decir tratar de evitar o impedir que se produzca un daño o peligro que se conoce con anterioridad. Siempre que esté en nuestras manos es la máxima que debemos cumplr para mantener la salud de nuestras mascotas en la mejor condición posible.

    En la clínica se nos presentan múltiples procesos que podemos prevenir o minimizar si cumplimos con una serie de pautas que, siendo más o menos conocidas, hay mucha gente que las ignora siendo frecuente que se lamente no haber seguido las mismas cuando ocurren hechos que poca o insuficiente solución tienen. Vamos a intentar dar unas recomendaciones encaminadas a que no tengamos que arrepentirnos de que nuestra mascota enferme por dejadez nuestra.

 

 

 

 

Vacunaciones

    A nadie se le escapa que las vacunaciones pautadas son una de las mejores armas preventivas con las que contamos para evitar las enfermedades más comunes que sufren nuestras principales mascotas, peero y gato, pero también son básicas en especies como el hurón o los conejos. Para cada especie existen vacunas diferentes según las enfermedades características que afectan a cada una. Así se tendrán en cuenta:

- en el perro la parvovirosis, moquillo, hepatitis, leptospirosis y rabia tomando fuerza desde hace poco tiempo la nueva vacuna contra la leishmaniasis que viene con el objetivo de reducir el número de casos de esta enfermedad en contínuo crecimiento en los últimos años.

- en el gato la leucemia, calicivirus, rinotraqueitis, panleucopenia y rabia.

- en el hurón, moquillo y rabia.

- en el conejo, la mixomatosis y la enfermedad vírica hemorrágica

 

    Las pautas vacunales varían según especie y estado de riesgo personal y serán planteadas durante la primera visita sobre las 6 semanas de vida.

 

 

 

Desparasitaciones

    Práctica preventiva tan importante como la anterior y que nos permite, en cualquier época de vida de nuestra mascota, evitar que aloje en su interior ningún tipo de parásito que lo perjudique y/o nos pueda transmitir a nosotros los humanos. Desde cachorros, donde se realiza con algo más de frecuencia, se iniciará el tratamiento buscando no frenar su crecimiento ni poner en riesgo su estado físico pues puede llegar a darse, en cuadros muy graves, hasta la muerte del mismo. En edades adultas y maduras se debe mantener una rutina antiparasitaria cíclica de por vida por la gran posibilidad que tienen en sus salidas a poder contraerlos con su interés por oler, lamer o curiosear por hierbas, tierra, campo, etc...

    Tanto los parásitos internos como los externos (garrapatas, pulgas) deben ser tratados con la frecuencia que cada caso requiera según riesgos y antecedentes siendo planteada la pauta desde la primera visita.

 

 

Alimentación

    La alimentación de nuestras mascotas hoy día con los preparados de alta calidad que existen en el mercado en forma de pienso destierra definitivamente la realizada a la "antigua usanza" con los restos de comida que nos sobran a las personas. Tampoco es aconsejable el alternar una forma de alimentación con la otra pues corremos el riesgo de que "viciemos" a nuestra mascota y sólo espere todo aquello que no sea pienso por resultarle más palatable aunque muy discutible sus resultados en digestibilidad y composición equilibrada. No son pocos los problemas presentes en la clínica derivados de haberle dado "sólo a probar" y terminar en cuadros más o menos serios. Tampoco todos los piensos podemos afirmar que sean los más adecuados para nuestra mascota pues, como en todo, existen muchos de tipo "comercial" que también pueden acarrearnos problemas.

    Lógicamente en la alimentación influyen a su vez la especie, tamaño, edad y estado físico personal para decidirnos por uno u otro siendo la mejor decisión consultar con el veterinario que conoce a la mascota y que sea él el que nos indique. No será igual la dieta en un cachorro que en un adulto o senior, ni la misma vale para perro que para gato. Y ni decir si presenta algún tipo de patología donde hoy ya disponemos de dietas específicas para la mayoría de afecciones que puedan presentar nuestros amigos (para cardiología, digestivo, alérgicos, etc...).

    Siempre debemos ajustar la ración diaria a las tablas de racionamiento que traigan impresas los sacos de alimento en donde por peso y/o edad de la mascota nos hará un indicativo, normalmente en gramos diarios, de la cantidad que debe de consumir, la cual aconsejamos repartir en al menos dos tomas al día. Siempre serán raciones con carácter general pudiendo existir casos concretos en los que sea necesario modificar esa cantidad para encontrar el equilibrio sin llegar a la delgadez ni a la obesidad.

 

 

Ejercicio

    El ejercicio diario es una práctica preventiva de muchos problemas de salud al igual que ocurre en las personas. No se trata de tener perros atletas, que los hay, sino mantener una mínima actividad que evite o retrase la aparición de obesidad, problemas circulatorios, de huesos, musculares, en definitiva, no caer en el sedentarismo que aumenta las posibilidades de sufrir lo antes citado y el envejecimeinto prematuro.

    En el caso de los perros, solemos aconsejar un mínimo de tres salidas repartidas a lo largo del día que, por cortas que sean, harán a nuestra mascota interactuar con otros, perros y personas, aumentando su sociabilidad y activando con su curiosidad sus sentidos: vista, oído, olfato, tacto y gusto (aunque a veces éste último lo utilicen de forma dudosa para atrapar lo que no deben). Igualmente en los casos de gatos habituados a salir y entrar el ejercicio está asegurado aunque las posibilidades de padecer un accidente, pelea, intexicación o cualquier otro suceso son mayores al no estar el propietario junto a él vigilándolo.

    En el caso de mascotas más caseras, sin salidas, debemos ser nosotros, los propietarios, los encargados de estimularles el ejercicio con juguetes preparados para ello, interaccionando directamente con ellos o de ambas formas.

 

 

Esterilización

    La esterilización es la práctica quirúrgica tras la cual nuestras mascotas, machos y hembras, dejan de ser aptas para la reproducción. Con ello lo que se persigue es, por un lado eliminar los períodos de celo y sus efectos como marcajes de orina, maullidos y sangrado; por otro, que no se produzcan embarazos no deseados que luego se traducen muchas veces en cachorros de difícil adopción; y finalmente, casi más importante, prevenir las posibles complicaciones que los órganos genitales activos pueden presentar en un futuro tales como tumores, quistes e infecciones que pueden condicionar, y mucho, la calidad y la esperanza de vida en según qué caso.

    Existe la posibilidad de realizar cirugía de esterilización sin eliminar el aparato genital con la única finalidad de que no sean aptos para la reproducción pero es una práctica que se realiza poco pues no dejamos de continuar con los períodos de celo y con los riesgos futuros antes mencionados.

    La decisión de realizar la esterilización es aconsejable tomarla a edades jóvenes pues según vaya pasando el tiempo, y celos sucesivos, las posibilidades de alguna complicación futura (sobre todo tumoral) a pesar de la esterilización crecen.